Escribo , y el tiempo
cae en un intenso sopor
de hojas inconclusas. Por sólo
un instante oímos el fragor de esa
intestina tempestad que sacude,
en vertiginosa incertidumbre
nuestras vidas.
Y la distancia; que seca esas
lágrimas de amor en tu rostro
se oculta , obsoleta, contemplando
el vacío iridiscente de tu ausencia.
Tiempo y distancia ; musas del
otoño nunca previsto, en este
acompasado latir de los años.
Porque es ilusorio el puente que alguna
vez dibujaste sobre el mapa sombrío
de las posibilidades; amontonando nubes
se jazmines sobre la ribera ,
que jamás pisaremos juntos.
Pues sabemos poco ; de esos sueños
que , en volutas azules, suben silentes
a enredarse en la estrellas, para nunca
caer, y continuar viviendo allí , donde
la realidad es algo más que un frío
témpano de dolores y desencuentros
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