Cada día brilla en la palma de mi mano
y
se va.
Lo
construyo delicadamente hora tras hora
subiendo
a trenes, bajando escaleras
que
luego volveré a subir, diciendo cosas
que
olvidare mañana.
Mi
rostro , mostrando las vetas del tiempo
Mi
mano, reflejo de otras manos sobre el agua.
Pero
mis ojos serán testigos
de
un amanecer sin palabras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario