CRUZAGRAMAS: un grupo de escritores en busca de alternativas

sábado, 10 de mayo de 2014

La Ciudad
A J. Cortazar

Despierto a la noche de mis huesos
de mis manos que se agitan
en la oscuridad de un séptimo piso.

Vuelvo a nacer , en mi ciudad...
lentamente. Oigo los tranvías allá abajo
surcando rieles como venas, cortando
en dos la lluvia que azota los cristales.

Las estrellas se han ido y la niebla
recorta siluetas poliformes
en la noche sembrada de espejos.
Geométricas luces que se agrupan,
se encienden y se apagan cual faros
en costas desoladas.

En las altas aceras, el rumor de ella, buscando equivocas puertas
que se cierran, esquivando sombras.

Cazador o presa en la sabana
el sigilo marca la secuencia de sus pasos.

En el terror del silencio , subirá
las escaleras, hacia un séptimo piso
donde un hombre la espera , para cerrar
el circulo.

ATILA



ATILA
Oigo el clamor de la estepa
calcinada; bajo el ingente
galopar de los hunos.
La caída y el estrépito de los muros.
Sumiéndose en el olvido.
Al golpe seco de la espada en
las rodelas, y el sonido de quebradas
lanzas;
se mezcla el borbotar ígneo
que corre en las espadas.
Atravesando el Danubio Azul;
el amanecer trae ecos de lujuria
inusitada.
Roma se estremece; en el foro
amplias togas ensombrecen el recinto,
y en la secuencia de los días...
Atila se acerca.